Una escalera hacia otro escalón
En esta vida no es muy fácil que a uno lo tilden de duende en medio de la ciudad. Uno puede llegar a creérselo a tal punto de sentirse un pequeño ser de 15cm. que cada cinco pasos, deja atrás una baldosa.
Eso tiene su lado positivo. Tal vez, su lado negativo también. Sentirse pequeño en la gigantesca ciudad. A veces me pasa. Otras veces soy gigante.
Es que son esas veces, las que camino arrastrando los pasos. Las veces que dejo que mis pequeños pies me guíen perdidos. Acostumbrados. Los dejo charlar un rato, tienen muy poco tiempo para ellos solos, ultimamente. Los dejo jugar. Si el derecho quiere ir más rápido que se arregle el izquierdo. Yo no voy a intervenir. Estoy en otra cosa. "¿En qué?" Estoy en mirar. En pensar. En recordar.
Eso tiene su lado positivo. Tal vez, su lado negativo también. Sentirse pequeño en la gigantesca ciudad. A veces me pasa. Otras veces soy gigante.
Es que son esas veces, las que camino arrastrando los pasos. Las veces que dejo que mis pequeños pies me guíen perdidos. Acostumbrados. Los dejo charlar un rato, tienen muy poco tiempo para ellos solos, ultimamente. Los dejo jugar. Si el derecho quiere ir más rápido que se arregle el izquierdo. Yo no voy a intervenir. Estoy en otra cosa. "¿En qué?" Estoy en mirar. En pensar. En recordar.
Busco los puchos en el bolso. Parece que siempre que pasa algo, los puchos dirigen la batuta. Meto la mato en su negrura y comienzo a realizar la típica y ya habitual "búsqueda al tacto". En ese mar de "Mis Boludeces" se puede uno encontrar con cualquier cosa, menos con lo que está buscando. Encuentro un papel. Lo saco. Lo abro. Lo miro. Lo leo. No entiendo. Me siento. En cualquier escalón. Lo leo de nuevo.

Recuerdos que me invaden la mente. De otros tiempos. Guardo la carta en el bolso. La pierdo concientemente para volver a encontrarla en otro momento. Aunque este momento fue oportuno. Yo decía, en esa carta lo mal que estaba con mi pareja. Alguien respondió: "No busques excusas si vos querés estar con él." Y con la magia del cachengue rematé contestando: "¿Quién te dijo que yo quiero estar con él?". Y después de eso ya no hay nada. Nada más que mi memoria. Mi memoria un poco ya gastada. Nada más que repasar como él me dijo que no quería estar de novio en su viaje de egresados y yo le contesté, "está bien, no quiero ser tu novia", después de casi un año juntos. El recuerdo de su regreso, de su escena de amor en el pasillo del colegio gritando que me amaba, y yo con cara de inocente diciéndole, ya estoy con otro. Y ese otro tampoco fue el amor de mi vida. Después de ése vino otro. Y después dos brasileros, pero el último fue más fuerte, aunque menos tiempo. Y después otro. Y despues de ese último, una aventura, un amigovio, un fracaso y la soledad.
Con quien convivo actualmente. Divina, te mando un beso.
Con quien convivo actualmente. Divina, te mando un beso.
Y seguí caminando. Pensando, sin hacerle caso a mis pies. Ellos me llevaban y ellos mismos se detuvieron. Y ahí lo ví. Bien de cerca. Bien cerca que estaba del suelo. A sólo 15cm. se encontraba mi salida. Mi símbolo dede cierre y cese de amores. Mi puerta para abrirla y darle la bienvenida a la soledad. Subir esos escalones y pasar a empezar a quererme yo. Primero me doy amor y, cuando me sobre, te lo doy a vos.
Hoy, después de cinco meses de ese episodio, estoy lista para subir la próxima escalera. Incluso creo estar en los primeros peldaños. Pero no suelo mirar hacia más arriba que el primer peldaño que supera mi cabeza. Con eso voy bien. Con eso es suficiente.
Zion me mostró la salida. El esfuerzo y la desición de subirla, es mía.
PAZ
Zion me mostró la salida. El esfuerzo y la desición de subirla, es mía.
PAZ
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