lunes, 19 de mayo de 2008

FormaZion: "Instrumentos Zion"

Dadaísmo, Man Ray (1924)



El sábado, saliendo de algún bar y viendo que estaba tapada la salida, dije con mi mejor buen humor: "Nos hacen problema para entrar, pero también para salir. Nos tenemos que quedar."
Simplemente, lo comenté. Como esos comentarios que no esperan respuesta. Pero la obtuve, y tal vez eso fue lo peor.

"Como en Cromagnón." - escuché que decía el chico de al lado mío, y se empezó a reir.
Con una linda sonrisa, le pregunté: "Decime, ¿de qué te estás riendo?"

Y él, muy picarón, me respondió: "¿Por qué? ¿Porque murió mucha gente?"

..........




Esta es la historia de muchos, de todos, tal vez.
Esta vez, nos vamos a ir un poco más allá del proyecto, después, seguramente, vamos a volver. Pero hoy es tiempo de hablar de formas, de sonidos, de zion y de cada uno de nosotros.

Cada cuerda de una guitarra tiene un sonido distinto. Incluso, si la primer cuerda se pone en el 5° lugar, sonará distinto (y por cierto, muy mal) que en el 1° y diferente a la quinta cuerda, en el quinto lugar. Cada una de ellas, en cada lugar, suena diferente.

El otro día, averigüé por elementos de percusión. Un cajón peruano tiene 32 sonidos en su cuerpo total, físico. Totalmente diferentes uno del otro. En cada palmada que se le dá se puede apreciar un son particular.

Cada instrumento musical, irradia un sonido particular.

Pero... ¿alguien escuchó un grillo "cantar"? Seguramente, lo hayan hecho! El grillo mide aproximadamente 10cm. de largo, cuando son algo mayorcitos. Pero algo tiene adentro que su canto se escucha a cientos de metros de distancia.

Hay una perfección en lo natural. Un alto grado de gracia otorgado a cada uno. Cada uno de nosotros es un instrumento. Cada ser humano, puede dar varios sonidos. Pero cada instrumento tiene un sonido perfecto. Es ese el sonido que Zion quiere que prevalezca. Es el sonido de una sonrisa honesta. Un aplauso bien logrado.

Somos instrumentos, podemos dar un sonido excelente. Podemos, todos juntos, hacer una música espectacular.

Pero en Babylon, los mejores instrumentos se pierden en un montón de sonidos atrozes y precarios. Sonidos de calle, de humo, de suciedad. Sonidos que no se pierden, y que nos hacen perder.

Porque cualquier música hecha por el hombre, queda última en escala de perfección si la comparamos con el canto de un jilguero.

Yo lo único que pido es que, siendo instrumentos, si vamos a producir un sonido, que sea lo más noble, lo más sincero posible.

Que salga el sonido del corazón. Zion lo vá a escuchar.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Te dije alguna vez que escribis como los dioses? que te expresas como con una claridad increible?
Que tus mensajes llegan 100 por ciento en su forma?

Me encanta leerte, no dejes de hacerlo. Eso si, no esperes que yo haga lo mismo y escriba grandes cosas aca, es para hacerte notar que todos los dias paso para aca, y te leo... a vos Josefina BIIIIIP ( porque te enojas) y me llegas al corazon. No dejes de escribirnos.
Te quiero amiga, por mas que el tiempo nos juegue encontra. y te extraño
un largo beso...
Loli

florencia-rivero dijo...

Un escritor que me gusta mucho llamado Bertold Brecht, dice "el que no sabe es un imbécil,el que sabe y calla es un criminal".
Joch tu manera de escribir y de mostrar desde la cara simple cosas no tan simples, demuestra que día a día hay menos imbéciles y más criminales.
La verdad duele y el amor cuesta caro, habrá que preguntarle al indec que opina al respecto.

Beso grande.

Xavi dijo...

Gran texto!! En serio que me encantó.

Como percusionista te puedo decir que para mí es como la llamada de la selva, hace que mientras este tocando todo se vaya. Hace que yo desaparezca, que no piense... solo queda el espacio entre un golpe grave y otro agudo, un redoble o un pequeño juego.

No es que me haga sentir bien o mal...me hace sentir el ritmo, es como formar parte de algo más grande que no entiendes del todo pero que esta ahi.

Cuando toco no se lo que estoy haciendo ni lo que voy a hacer al instante siguiente. Todo se reduce al instinto, al tacto con la piel del tambor, a un golpe por vez, donde un pequeño roce hace que toda mi piel se vuelva de gallina.

No se tiene que pensar ni razonar y eso esta bien.

djf dijo...

Hola, soy la madre de la criatua del blog "olhares" aunque el que lo escribe es el padre. Gracias por tu bonito comentario. Me ha gustado mucho tu blog.

Anónimo dijo...

Wow! me re llegó lo que escribiste JOCH! Me encanta filosofar con esas cosas que parecen tan simples pero no todo el mundo se las plantea, y son fantásticas! Te mando un beso y pasate por mi blog si tenés ganas!

Ariel Wiznia dijo...

Ahh vos sos amiga de Merkano?? ahora entiendo! me encantó este post. Siendo músico me identifico mucho con tus palabras, y escribís muy bien! el sonido de cada uno es muy especial y único, el problema es encontrarlo y saber usarlo sabiamente.

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